Atlas digital del esqueleto de Lynx pardinus

La especie: el lince ibérico (Lynx pardinus)

a) Morfología externa y ecología

El lince ibérico (Lynx pardinus Temminck, 1827) está considerado el felino más amenazado del mundo (Beltrán & cols., 1996; Nowell & Jackson, 1996; IUCN, 2012). Es una especie endémica de la Península Ibérica. En la actualidad se estima que quedan aproximadamente 240-300 ejemplares (Simón & cols., 2012, Boletín el Gato Clavo, 2013), que sobreviven básicamente en poblaciones del suroeste de España (Parque Nacional Doñana y Sierra Morena).

Es un felino de tamaño mediano, con un marcado dimorfismo sexual. Los machos adultos (es decir, mayores de dos años, con un peso medio: 12,8 kg., rango:11,1-14,5. Beltrán & Delibes, 1993) son aproximadamente un 25% más grandes que las hembras adultas (peso medio hembra adulta: 9,3 kg, rango: 8,7-9,9 kg).

Figura 1: Macho adulto de S. Morena “Jub” con pelaje de mota fina. Se encuentra en el ZooBotánico de Jerez de la Frontera. Figura 2. Hembra de Doñana “Esperanza” con pelaje denominado “mota grande”. Se encontraba en el ZooBotánico de Jerez de la Frontera y falleció en 2014.



La coloración base de su pelaje varía de pardo a pardo grisácea. Tienen manchas oscuras de tamaño y patrón muy variable según poblaciones e individuos. Se han descrito 3 patrones de manchas en el pelaje de los linces ibéricos: el llamado de “mota fina” (Figura 1) si las manchas son de pequeño tamaño y repartidas de una manera uniforme; y el llamado de “mota gruesa” (Figura 2). Este último se divide en dos subtipos el A si las manchas son de mayor tamaño y tienen tendencia a disponerse en líneas y el B si las manchas son grandes pero no presenta un patrón de ordenación específico (Beltrán & Delibes, 1993) (Figura 3).


Figura 3 Patrones de pelaje que puede presentar Lynx pardinus A: mota muy fina de Jerez, Cádiz; B: mota gruesa del Parque Nacional de Doñana; C: mota fina de Córdoba.

En la punta de las orejas presentan unos llamativos mechones de pelos (pinceles) muy característicos (Figura 4), mayores en los machos adultos que en las hembras, 4.9 vs. 3.8 cm, respectivamente. También, las patillas que cuelgan alrededor de las mejillas varían de tamaño según el sexo y la edad. Su cola corta es muy característica, con la punta de color negro intenso que, junto a las dos manchas blancas de detrás de las orejas y los pinceles, resultan muy conspicuos cuando el animal se mueve entre el matorral bajo.


Figura 4 Vista frontal donde se pueden apreciar los pinceles en la punta de las orejas.

La actividad del lince ibérico es, fundamentalmente, crepuscular y nocturna (Beltrán y Delibes, 1994), aunque presenta variaciones individuales (Beltrán, 1988). Es un predador especialista, su dependencia del hábitat (matorral mediterráneo) está directamente relacionado con su especialización en el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), que es su presa básica, alcanzando el 80-99% de su dieta (Delibes, 1980; Beltrán & Delibes, 1991; Ferreras & cols., 2010). Por tanto, la drástica disminución de las poblaciones de conejos por las epizootias causadas por virus exóticos (mixomatosis, que se expandió por Europa en los años 50, y la neumonía hemorrágico-vírica al comienzo de los 90) han sido determinantes en llevar a la especie a casi su desaparición (Rodríguez, 2012). En el momento más crítico llegó a calcularse una población de sólo 150 ejemplares en libertad (IUCN, 2012). Actualmente se estima una población aproximada de 309 ejemplares en libertad y 74 en los programas de cría en cautividad (Boletín el Gato Clavo, 2013).

A menudo se oye comentar el número de linces que quedan en una zona en términos de “parejas”. Lo cierto es que los linces ibéricos son animales solitarios y su organización espacial es similar a la descrita en otros félidos, con pequeño solapamiento en las áreas de campeo entre individuos del mismo sexo. En el Parque Natural de Doñana muestran tendencia a la monogamia, es decir, que el área de campeo de un macho adulto residente (10.3 km2 de media, aunque puede ser más del doble, dependiendo de las densidades de conejos) suele solapar con el área de campeo una hembra adulta residente (8.7 km2 de media, Ferreras & cols. 1997), aunque también se han observado casos de poligamia.

b) Osteología

El lince ibérico es una especie de mamífero del Orden Carnivora perteneciente al género Lynx, que actualmente incluye a otras tres especies: el lince euroasiático o boreal (Lynx lynx), el lince canadiense (Lynx canadensis) y el lince rojo americano (Lynx rufus). Los linces están muy próximos filogenéticamente al género Panthera, que engloba a los felinos de mayor tamaño como leones, tigres, jaguares y leopardos (Werdelin, 1981). Entre otras características anatómicas, los félidos (Familia Felidae) presenta la mayor reducción dentaria de todo el orden Carnivora, como consecuencia de sus dietas más especializadas. En el género Lynx se observa una reducción aún mayor, presentando sólo 28 piezas (frente, por ejemplo, a las 30 del gato), por la pérdida de un premolar superior. Su fórmula dentaria (figura 5) quedaría por tanto así: I:3 C:1 PM: 2 M:1 / I:3 C: PM:2 M:1 (gato: 3.1.3.1/ 3.1.2.1).


Figura 5 Vista lateral de cráneo con mandíbula de EBD19110

Tradicionalmente dentro de la osteología se ha diferenciado entre esqueleto axial (cráneo, rostro, columna vertebral y esqueleto torácico, figura 6) y esqueleto apendicular (Schaller, 1996, figura 7). En este trabajo se ha querido hacer una diferenciación previa entre “esqueleto craneal” que incluiría cráneo, mandíbula y aparato hioideo; y “esqueleto postcraneal” con la columna vertebral y esqueleto apendicular.


Figura 6 Esqueleto axial del Lynx pardinus: vértebras, costillas y esternón.


Figura 7 Esqueleto apendicular del Lynx pardinus: Estilopodo, Cigopodo y Autopodo.

Dentro del esqueleto axial, la parte más llamativa es su región caudal, de aspecto corto, lo que le ha valido en algunos casos el apelativo de gato rabón. Aunque en un primer momento este reducido tamaño de la cola pudiera ser debido a una importante reducción del número de vértebras caudales, no es así. Presenta un total de quince vértebras caudales, muy próximo al número de caudales de un gato (entre 20 y 24).También presenta siete vértebras cervicales, trece torácicas y siete lumbares. Entre las vértebras lumbares y las caudales podemos encontrar el hueso sacro (formado por tres vértebras sacras fusionadas), que es donde se unen los huesos costales a la columna. Los huesos costales están formados por la unión de tres huesos (íleon, isquion y pubis), característicos de todos los vertebrados tetrápodos.

Las dos primeras vértebras cervicales tienen una morfología especial al ser las encargadas de sostener el cráneo y facilitar la movilidad de la región cefálica y se denominan atlas y axis, respectivamente. El atlas es también atípico porque carece del cuerpo vertebral y del proceso espinoso (Gilbert, 1989). En la morfología de las vértebras torácicas cabe destacar la presencia de una apófisis espinosa bastante desarrollada en comparación con el resto de vértebras, lo que permite una fácil identificación. A cada una de ellas va asociada un par de costillas (se unen por dos puntos), una a cada lado, siendo los tres últimos pares (T11, T12 y T13) las portadoras de las costillas flotantes (se unen únicamente por un punto). Las vértebras lumbares son fácilmente reconocibles debido a la presencia de unas largas prolongaciones a ambos lados denominadas apófisis costiforme. La última pieza del esqueleto axial es el esternón que está formado por ocho esternebras destacando la primera y la última por su morfología distinta a las demás.

En el esqueleto apendicular es preciso distinguir entre los miembros torácicos y los pelvianos así como entre izquierda y derecha. En cada miembro, distinguimos entre la cintura (que une el miembro al esqueleto axial) y el miembro quiridio (típico de los vertebrados tetrápodos) que se suele dividir en 3 secciones (estilopodo, cigopodo y autopodo).

En los miembros torácicos se observa que la cintura se encuentra formada por la escápula y la clavícula, esta última difícil de localizar debido a su pequeño tamaño. El estilopodo está formado por un único hueso por extremidad llamado húmero. El cigopodo cuenta con dos huesos, el cúbito y el radio. En el autopodo se pueden diferenciar tres grupos: los huesos del carpo, que son ocho huesos, los metacarpianos que son cinco huesos (uno por dedo) que cuentan, en la parte distal inferior de cada uno, con dos huesos sesamoideos y como tercera zona, están las falanges (tres en cada dedo: proximal, media y distal), destacando la distal que terminan formando el núcleo interior óseo de la uña retráctil característica de los felinos.

En los miembros pelvianos se encuentra la cintura formada por la unión de los huesos coxales que están formados por la fusión del íleon, isquion y pubis. El estilopodo está formado por el fémur y la rótula. El cigopodo cuenta con la tibia y el peroné. El autopodo, igual que en las extremidades anteriores, se pueden dividir en tres partes: el tarso, formado por seis huesos, los metatarsos que son cinco (uno por dedo), con sus respectivos huesos sesamoideos, y las falanges.